Comentario del artículo: “El profesorado y el desarrollo curricular: tres estilos de hacer escuela” (Felipe Trillo Alonso. )

 

1.      Síntesis

En este artículo nos encontramos como el autor hace una descripción muy personal de los tres estilos de ejercer la docencia.

El autor hace una crítica al profesor con estilo técnico. Según su opinión éste es un mero ejecutor de lo que dicen los que “saben más”. Se promueve desde este estilo un currículum más básico. Rechaza otros modelos por desconocimiento o pereza. Se refiere al maestro como el último eslabón de la cadena (que es el currículum), un ser esclavo de su aula sin libertad para enseñar más allá de lo que dicen los libros. Con su actitud suele ser una persona insensible e individualista. También presenta al técnico como una persona rígida en esquemas y que a menudo se resiste al cambio por el esfuerzo que conlleva. Acusa a este estilo de ser excesivamente burocrático.

            Según Felipe Trillo el profesor de estilo práctico suele ser analista, reflexivo, un agente curricular, comprensivo, colaborador, muy flexible, un líder capaz de asumir los retos formativos. En definitiva lo define como una persona comprometida con la enseñanza. Desde el estilo práctico se entiende el currículum como una propuesta orientadora, siendo los libros de texto un recurso más pero no el único. El profesor desde esta perspectiva no adopta sino adapta los conocimientos al aula.

            Por último el autor caracteriza al estilo crítico por desvelar las limitaciones y posibilidades del sistema educativo. Los profesionales que trabajan desde esta perspectiva lo hacen, en muchas ocasiones, con desanimo y apuestan por una enseñanza de calidad pero con una resistencia a introducir cambios estructurales en la escuela. Su lucha particular va encaminada a alcanzar mayores cotas de autonomía y responsabilidad. El currículum desde este estilo es un marco en proceso de apertura y de participación.

2.      Ejemplos personales del cambio en el sistema educativo.

Primer ejemplo

El sistema utilizado en las primeras etapas de la educación general obligatoria en clase para evaluar las asignaturas giraba siempre entorno al valor numérico de los exámenes y no se calificaba el esfuerzo personal. Este modo de actuación tiene mucho que ver con el enfoque racional-tecnológico. Con el paso del tiempo la forma de evaluar ha ido cambiando y con la LOGSE, y siguiendo la línea del paradigma interpretativo-simbólico, también se valoraba y calificaban las actitudes que se tenía hacia la asignatura y se valoraba el interés y el esfuerzo personal viéndose reflejado en las calificaciones finales.

Segundo ejemplo

Las clases de educación física, que por aquel entonces la denominábamos gimnasia, giraban en torno a ejercicios que pudieran ser cuantificados por tiempos, marcas, longitudes… de carreras, saltos, etc.… (paradigma racional-tecnológico). Hoy día, sin embargo se utilizan nuevas metodologías y todas las actividades se realizan mediante juegos y dinámica en las que se fomentan las interacciones de los alumnos, desarrollando de igual manera el desarrollo físico y cognitivo (Enfoque del paradigma interpretativo simbólico).

Tercer ejemplo

 La distribución de las mesas en el aula era individualizada durante los primeros años en E.G.B. Conforme íbamos avanzando en cursos la distribución pasaba de ser individualizada a ser por parejas, y en muchas asignaturas nos agrupábamos en pequeños grupos